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Si alquilas una vivienda, debes tener presente cuáles son tus derechos y obligaciones como arrendatario con el fin de evitar problemas durante tu estancia en la propiedad.
La legislación que regula el uso y aplicación de los contratos de arrendamiento y fija las responsabilidades, obligaciones y derechos de ambas partes durante la vigencia del mismo, se conoce como Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Entró en vigor el día 1 de enero de 1995 y la última modificación publicada consta del 5 de marzo de 2019.
Entre los derechos del inquilino figuran:
- Negociar la duración del contrato y el precio de la renta mensual.
- Derecho a un contrato de arrendamiento claro y detallado que especifique los términos y condiciones del mismo.
- Derecho a una vivienda segura y en buenas condiciones, con servicios básicos como agua, electricidad y gas en funcionamiento.
- Derecho a la privacidad y a no ser molestado sin motivo razonable.
- Derecho a la tranquilidad y al disfrute pacífico de la propiedad.
- Derecho a la protección contra la discriminación.
- Ser notificado previamente antes de cualquier visita ajena al inquilino.
- Reclamar reparaciones y mantenimiento en la propiedad cuando sea necesario.
- Preferencia a la hora de comprar la vivienda si el propietario decide ponerla en venta.
- Devolución del depósito de garantía (fianza) al final del contrato de arrendamiento, siempre y cuando el inmueble se encuentre en buen estado y no haya deudas con las compañías de suministros.
- Deducirse el importe anual del alquiler en la declaración de la renta.
- Derecho a recibir un aviso previo de cualquier modificación en el precio de alquiler.
- Presentar quejas a las autoridades correspondientes en caso de que el propietario incumpla con sus obligaciones.
Entre las obligaciones del inquilino figuran:
- Pagar la renta y el depósito de garantía (fianza) en el plazo acordado en el contrato de arrendamiento.
- Pagar las facturas de los suministros (agua, luz, gas...) y de los servicios públicos (basura y reciclaje).
- Pagar los daños que él o sus visitas causen a la vivienda alquilada o derivados de un uso inadecuado.
- Mantener la propiedad en buenas condiciones. Esto incluye limpiar regularmente y cuidar adecuadamente el mobiliario y los electrodomésticos.
- Notificar al agente de la propiedad cualquier problema, avería o daño en la vivienda.
- Permitir el acceso de terceros, con previo aviso, para reparaciones y mantenimiento.
- Permitir al propietario el acceso a la propiedad para mostrarla a posibles compradores siempre y cuando se haya dado previo aviso y se haya acordado un momento conveniente.
- No realizar cambios importantes en la propiedad sin el consentimiento previo del propietario.
- No subarrendar la propiedad a otra persona sin permiso del propietario. Para ello, debes informar al propietario y obtener su aprobación previa.
- Dejar la propiedad en el estado en el que se recibió al final del contrato de arrendamiento.
- Respetar las normas de convivencia del edificio establecidas y las leyes locales.
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